ECO. El pilar fundamental de Ecolorgy parte de la integración armónica entre Ecología & Color y, más concretamente, de la necesidad de generar alternativas a las pinturas artificiales de base petroquímica que de forma tan silenciosa se han instaurado en todas y cada una de las esferas cotidianas de nuestras vidas cuyos impactos sobre el medioambiente y la salud son difíciles de cuantificar. De ahí que nuestro lema –«Rethink Your Colors»– sea una invitación a tomar parte activa en la forma que tenemos de interactuar con los colores que nos rodean y a valorar el potencial de la Naturaleza para suministrarnos –mediante métodos de gestión sustentable– materias primas renovables con las que satisfacer las necesidades de un Consumo Consciente.
DIY.Desde Ecolorgy creemos en el potencial de las personas para producir (o co-producir) sus propios bienes de consumo al margen de los circuitos comerciales globalizados. Pero cuando hablamos de Consumo Consciente e Implicativo no nos referimos únicamente al mero hecho de hacer cosas con nuestras manos y disfrutar explorando nuestro potencial creativo –lo cual en sí mismo es más que positivo– sino de ir un paso más allá: repensando la naturaleza de los materiales empleados; cuidando que hayan sido producidos de forma responsable; recurriendo a materias primas saludables (naturales e inocuas); y un sinfín de aspectos que son los que al final marcan la diferencia entre un producto convencional y otro guiado por criterios holísticos. Es por ello que desde Ecolorgy apostamos por la idea de despertar nuestras habilidades y destrezas olvidadas pero teniendo siempre claro que el objetivo final no es otro que contribuir a Un Mundo Más Sustentable.
LOCAL. El tercer elemento que nos inspira (como todas las iniciativas que hemos impulsado desde Romi & Ato «Slow Textiles & Natural Colors Studio») parte de una profunda identificación con “lo local”. Hablamos del rescate de tradiciones y saberes ancestrales partiendo de su necesaria actualización desde la sensibilidad, exigencia y ética contemporáneas; de la defensa de los productores, artesanos y artistas locales que dotan de contenido y personalidad a los territorios; y de la articulación con iniciativas con arraigo local para construir entre todos una Economía del Bien Común. Al final se trata de creer en un futuro positivo y de coger lo mejor del pasado para generar unas relaciones humanas (y comerciales) saludables partiendo de una Gestión Sustentable de los Recursos del Territorio. Todo un conjunto de valores que cobran especial sentido en un contexto global dominado por el afán de lucro, la competitividad, las relaciones de poder y el consumismo.
